Por qué no puedo evitar romper mi dieta?
Usted empezó la dieta con toda la energía y siguió al pie de las letras las indicaciones para el desayuno y el almuerzo. Logro con éxito pasar la tentación de la media mañana, suprimió el gusto diario por el chocolate y logro acostumbrarse al sabor de las bebidas dietéticas… sin embargo a la media tarde algo fue mas fuerte y usted arraso con todo lo que encontró en el refrigerador. El caso no es ninguna particularidad, muchas personas que se someten a dietas confiesan culposamente su incapacidad frente a la tentación constante. Según los especialistas esto sucede como consecuencia de estados de ansiedad que son, a su vez, consecuencia de porciones demasiado restringidas. El cuerpo sigue reclamando por más alimento y el resultado de esto en conjunción con la ansiedad acumulada, es la imposibilidad de resistir, entonces no hay posibilidad de evitar comer y el esfuerzo entregado se esfuma en tres minutos. Luego, angustia y culpa.
Cuando la boca se hace agua
Las ganas irresistibles de un pastel de chocolate. La tentación de un trozo de carne jugoso, o el capricho por un bombón… ¿A que se deben estos impulsos? Como se sabe, las ganas de comer no siempre responden a una demanda orgánica de energía para la puesta en marcha de funciones; el estado de animo es una variante que, finalmente, determina el resultado. Es por este motivo que no dejarse vencer implicara distinguir entre el hambre propiamente dicho y el apetito cuyo principal motor es la angustia, la ansiedad o el placer por la comida. No siempre es sencillo distinguir entre ambas sensaciones.
Pistas para distinguir hambre de ansiedad
Las siguientes pistas muestran determinados indicios acerca de las razones por las cuales resulta extremadamente dificultoso resistirse a las tentaciones.
Alternadores pre-sensoriales Se trata del olor agradable que se desprende de una preparación culinaria, también de la apreciación visual de comida. Esto generara salivación abundante y la clara sensación de una “necesidad de comer”
Alternadores táctiles El contacto de los alimentos con la pared del tubo digestivo aumentan las ganas de comer. Por eso tomar un gran vaso de agua calma provisoriamente esa sensación, por más que no se hayan satisfecho las necesidades alimenticias.
Alternadores hormonales
La insulina aumenta el consumo de glucosa y favorece el almacenamiento de grasas en las células. Este proceso hace que se sienta en todo momento una sensación de apetito voraz. Lo normal es que se produzca insulina en relación con el consumo de glúcidos, especialmente de azucares. Por este tipo de motivos, el hambre aparecerá de manera más rápida.
Usted empezó la dieta con toda la energía y siguió al pie de las letras las indicaciones para el desayuno y el almuerzo. Logro con éxito pasar la tentación de la media mañana, suprimió el gusto diario por el chocolate y logro acostumbrarse al sabor de las bebidas dietéticas… sin embargo a la media tarde algo fue mas fuerte y usted arraso con todo lo que encontró en el refrigerador. El caso no es ninguna particularidad, muchas personas que se someten a dietas confiesan culposamente su incapacidad frente a la tentación constante. Según los especialistas esto sucede como consecuencia de estados de ansiedad que son, a su vez, consecuencia de porciones demasiado restringidas. El cuerpo sigue reclamando por más alimento y el resultado de esto en conjunción con la ansiedad acumulada, es la imposibilidad de resistir, entonces no hay posibilidad de evitar comer y el esfuerzo entregado se esfuma en tres minutos. Luego, angustia y culpa.
Cuando la boca se hace agua
Las ganas irresistibles de un pastel de chocolate. La tentación de un trozo de carne jugoso, o el capricho por un bombón… ¿A que se deben estos impulsos? Como se sabe, las ganas de comer no siempre responden a una demanda orgánica de energía para la puesta en marcha de funciones; el estado de animo es una variante que, finalmente, determina el resultado. Es por este motivo que no dejarse vencer implicara distinguir entre el hambre propiamente dicho y el apetito cuyo principal motor es la angustia, la ansiedad o el placer por la comida. No siempre es sencillo distinguir entre ambas sensaciones.
Pistas para distinguir hambre de ansiedad
Las siguientes pistas muestran determinados indicios acerca de las razones por las cuales resulta extremadamente dificultoso resistirse a las tentaciones.
Alternadores pre-sensoriales Se trata del olor agradable que se desprende de una preparación culinaria, también de la apreciación visual de comida. Esto generara salivación abundante y la clara sensación de una “necesidad de comer”
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Alternadores hormonales
La insulina aumenta el consumo de glucosa y favorece el almacenamiento de grasas en las células. Este proceso hace que se sienta en todo momento una sensación de apetito voraz. Lo normal es que se produzca insulina en relación con el consumo de glúcidos, especialmente de azucares. Por este tipo de motivos, el hambre aparecerá de manera más rápida.
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